Entrevista realizada por Violeta Mihaylova
Estimado Sr. Yovkov, ¿cuándo se creó BIOROCK y cuál era la actividad de la empresa?
BIOROCK es una empresa internacional líder con 26 años de experiencia en el campo de las aguas residuales. Se estableció en 1988 en Luxemburgo y cuenta con un equipo de expertos altamente cualificados considerado uno de los mejores del sector. La misión de la empresa es generar enfoques innovadores para la solución correcta y exitosa de los problemas relacionados con el tratamiento de aguas residuales municipales e industriales. El objetivo es ser útil y práctico, proporcionando soluciones adecuadas, fáciles y económicas para el tratamiento eficaz de las aguas residuales, en armonía con la naturaleza.
¿Cómo consiguió atraer a esta empresa internacional al mercado búlgaro? ¿Desde cuándo es conocida por los clientes del país?
Las plantas de tratamiento BIOROCK son conocidas en nuestro mercado desde 2011. Conocí los productos de la empresa cuando trabajaba en un proyecto que requería una pequeña depuradora con parámetros extraordinarios. Para alcanzar los indicadores necesarios fijados en el proyecto teníamos que instalar un sistema tradicional con bombas de aireación y varios filtros de limpieza adicionales que se complicaban considerablemente y elevaban el coste de la ejecución. Por ello, buscamos una solución mejor y la encontramos en BIOROCK. Desde entonces, he tenido el placer de demostrar las cualidades de este producto único en el mercado búlgaro.
¿Qué productos ofrece la empresa y cuáles de ellos tienen una gran demanda aquí?
BIOROCK ofrece tecnologías modernas y soluciones extraordinarias en el ámbito de las aguas residuales y su reutilización: plantas de tratamiento, las llamadas fosas sépticas, depósitos de agua, filtros, etc. Nuestros productos son respetuosos con el medio ambiente, siendo las pequeñas plantas de tratamiento biológico para aglomeraciones de hasta ISO personas equivalentes (PE) las más demandadas. La empresa tiene dos líneas de productos. Una es la serie BIOROCK-SR, que comprende una gama de soluciones compactas modulares para 2, 5, 10 y 25 PE. En paralelo, los sistemas pueden servir para proyectos más grandes, de hasta 250 PE. La segunda línea es la serie BIOROCK-MR, que incluye sistemas para proyectos de tamaño medio, entre 250 y 600 personas. Puestos en paralelo, pueden servir para proyectos de 800, o 1200 personas, etc.
Usted dice que las plantas BIOROCK representan una solución extraordinaria. ¿Qué es lo que más las distingue de los equipos tradicionales?
La falta de energía. Nuestros sistemas no necesitan energía eléctrica para funcionar. Su principio de funcionamiento es el tratamiento completo sin alimentación eléctrica. Además, los equipos BIOROCK no contienen ningún componente mecánico. Estas dos características sólo determinan claramente las ventajas de nuestras revolucionarias plantas de tratamiento de pequeño tamaño, que son muy rentables en su funcionamiento y mantenimiento. Los productos BIOROCK utilizan la circulación del aire atmosférico y funcionan en armonía con la naturaleza. Están sometidos a procesos físicos naturales y se amortizan en poco tiempo. En los sistemas tradicionales, el tratamiento de las aguas residuales se realiza mediante equipos que deben estar conectados a una fuente de energía eléctrica, y esto puede ser bastante costoso.
Aquí tocamos el factor precio. No es un secreto que para el cliente la suma inicial que paga es bastante importante. Es decir, debe ser lo más baja posible...
Sí, todos buscamos una reducción del precio inicial. Sin embargo, ¿pensamos en los costes posteriores durante el funcionamiento de un determinado producto? Los sistemas de tratamiento tradicionales consumen continuamente energía eléctrica para accionar bombas, compresores o aireadores. Todo ello eleva los gastos de su funcionamiento. Además, el mantenimiento debe realizarse de una a tres veces al año. Esto está relacionado con las visitas de expertos, el uso de un rascador, la extracción y la eliminación de los lodos, etc. Una visita de este tipo sólo cuesta alrededor de 300 Lev. A modo de comparación, el sistema BIOROCK necesita una limpieza cada tres años.
¿Cómo funcionan estos sistemas modernos? Cuéntenos con más detalle.
El tanque de asentamiento primario degrada anaeróbicamente la biomasa y los gases producidos son evacuados a la atmósfera. La cubierta formada en el tanque de asentamiento primario evita la distribución de los olores. El agua degradada anaeróbicamente y sedimentada pasa a través de un filtro cargado con un paquete de enzimas especialmente tratadas para una rápida degradación aeróbica de la biomasa, mientras que el aire atmosférico pasa continuamente a través del paquete, realizando una circulación natural. Como resultado de la filtración y la biodegradación anaeróbica, el agua tratada tiene indicadores de contaminación muy bajos: DBO >99% 4 mg/1; DQO 96% 26 mg/l; sólidos en suspensión 99% 3 mg/l a 0 kWh de potencia eléctrica. Se puede verter directamente en aguas receptoras sensibles, pero esto no es admisible para los sistemas estándar. Pero también ofrecemos soluciones para este caso. El equipo tradicional puede ser modernizado mediante un reactor biológico adicional ofrecido por BIOROCK.
¿Son las instalaciones de tratamiento y eliminación de aguas residuales locales una buena alternativa al sistema central de alcantarillado?
Por supuesto. Esto es el futuro. Si queremos seguir a Europa o incluso a Sudáfrica, tenemos que aprovechar la experiencia extranjera. En estos países, la gente prefiere las pequeñas plantas de tratamiento en lugar de las grandes, que requieren costosos y frecuentes procedimientos de mantenimiento por cuenta de todos los ciudadanos de la región. Los sistemas de tratamiento pequeños harán que la gente se sienta más responsable de la protección del medio ambiente, y las empresas de suministro de agua dispondrán de más tiempo e inversiones para el suministro de agua, con lo que también se reducirán las pérdidas de agua. Sin embargo, un punto clave es el control de calidad de los efluentes. En mi opinión, este control puede confiarse a las empresas de suministro de agua. Sólo ellas tienen suficientes recursos humanos para hacer frente a estas actividades.